Aracely Méndez, cineasta: “Llegar a los espacios comunitarios es para nosotras el gran premio”
Directora maya tseltal de El cielo es muy bonito, reconocida con Premio Wallmapu en 8vo Ficwallmapu
En Chiapas, México, un equipo técnico conformado por mujeres le dio forma al cortometraje documental El cielo es muy bonito, parte de la selección oficial de la última versión del FicWallmapu y que, además, fue premiada de forma unánime por el jurado. Migración, identidades indígenas, infancias, mujeres, diversidades ancestrales, todo se entrecruza desde la mirada de la activista Aracely Méndez, desde ese otro sur.
Por Natalia Meza Serra.
El cielo es muy bonito fue el cortometraje documental que recibió el Premio Wallmapu en la 8va versión del Festival Internacional de Cine y Artes Indígenas en Wallmapu, desarrollado a mediados de noviembre del 2023 de forma presencial en Temuco, territorio mapuche. El reconocimiento está dirigido a una realizadora o realizador indígena y su obra, que haya sido parte de la selección oficial del festival. Este año el jurado valoró el tratamiento que la realizadora propuso para abordar temas actuales y complejos como la migración de mujeres y niñeces, las violencias de género y otras que las afectan y los procesos de sanación que son construidos por mujeres indígenas en los territorios. Por unanimidad el premio fue otrogado a Aracely Méndez, directora, activista y defensora de derechos humanos, originaria del pueblo maya tseltal.
La película de 17 minutos de duración se sumerge en la vida de mujeres migrantes albergadas en el refugio Tzome Ixuk, Mujeres Organizadas A.C. Ubicado en el municipio Las Margaritas, Chiapas, al sur de México. En esta entrevista Aracely nos cuenta cómo se creó El cielo es muy bonito y también cómo fue su paso por Temuco, durante la última versión del FicWallmapu.
1.- El cine documental desde lo comunitario debe tener un mayor compromiso ético porque se involucra con vidas e historias sensibles. ¿Nos podría contar cómo fue el proceso que les permitió retratar las historias de las mujeres y niñas en su cortometraje documental “El cielo es muy bonito”?
El cielo es muy bonito es parte de los procesos que impulsa en territorio chiapaneco la Escuela de Cine Documental de San Cristóbal de Las Casas. Surge desde el interés de pensar el audiovisual como una herramienta de lucha, y como defensora de derechos humanos decido usarla. Las alianzas y el trabajo previo con las organizaciones de la sociedad civil defensoras de DD.HH de personas en movilidad, permitió acercarnos a las mujeres y niñas.
En un inició, la idea era retratar la lucha de las mujeres tojolabales, sobre todo de la compañera Juanita Cruz, miembra de Tzome Ixuk, Mujeres Organizadas A.C., un espacio de acogida importante en el sur de México que desde hace casi 30 años ha acompañado a mujeres que han estado en alguna situación de violencia de género, y desde hace 7 años aproximadamente acogen a mujeres en movilidad y a sus familias. Poco a poco la historia nos fue llevando y acercando a las mujeres y niñas que se encontraban en ese momento en el espacio de acogida que gestionan las compañeras de Tzome.
La equipa audiovisual estaba formada por mujeres con distintos procesos de activismo. Existía una intención e interés a partir de la lucha, pero también temores, que durante el proceso nos llevó a construir el “El cielo es muy bonito”, dónde pudimos acercarnos a las mujeres gracias a la confianza de las compañeras de Tzome Ixuk. Llegamos a este acercamiento con las mujeres y niñas desde la sensibilidad, el cuidado e importancia de poder visibilizar estos temas en el cine, ese fue el camino que nos llevó a retratar a las mujeres y a las niñas. Con ellas platicamos e intercambiamos sobre el tema. En algún momento una de ellas nos dijo: “quiero que las mujeres vean que nosotras también podemos salir”. Salir de dónde: de sus territorios, de las violencias, lo que es muy difícil y consideramos en nuestras reflexiones y lucha que es muy importante la no revictimización de sus historias de vida, nunca buscamos eso, si no lo contrario, mujeres con todas sus historias que las atraviesan, mujeres, con todos sus alegrías, sus enojos, miedos y su ser.
La intención fue siempre de visibilizar y abrir diálogos sobre el tema, pedazos de historias de vidas retratadas ahí, que son solo una parte de lo que sucede, por la que están pasando cientos de mujeres y sus familias cada día al ser desplazadas forzadamente. Con las niñeces, el proceso involucró el juego, el canto, las risas y los sueños de un futuro posible, eso fue lo que surgió.
Bueno, el cine es una herramienta de compromiso social y político, que tiene que ser colectiva, sensible, lo digo desde el lugar donde estoy y me encuentro y creo que puede llegar a muchos lugares, no solamente a festivales, sino también a espacios comunitarios, espacios organizados o no organizados, y abrir diálogos.
2.- El miedo es una emoción que vivenciamos las mujeres, como factor común, en distintas etapas de nuestras vidas y el reagruparnos, colectivizarnos, funciona como una estrategia para enfrentar ese miedo. A su parecer, ¿de qué manera el cine hecho por mujeres puede ser un aliado en este contexto?
El miedo es un síntoma de alerta que nos avisa algo que estamos viviendo y que no está bien, tenemos que buscar herramientas para poder enfrentarlo. Creo que el cine que estamos realizando, sobre todo mujeres de pueblos originarios que tenemos otras sensibilidades, otras necesidades de proyectar hacia afuera y hacia adentro, es importante, pues surge de los contextos en los que vivimos, lo que estamos observando, del trabajo que realizamos, se relaciona con los temas que nos atraviesan, estas indignaciones, estas luchas, estos procesos.
Creo que el cine que estamos realizando, sobre todo mujeres de pueblos originarios es importante, pues surge de los contextos en los que vivimos, lo que estamos observando, del trabajo que realizamos, se relaciona con los temas que nos atraviesan
Es importante que el cine sea transformador de contextos, que no sea un cine vacío. No demerito el cine de entretenimiento, pero hay otros procesos con los que me encuentro e identifico, particularmente en procesos de lucha. Poder utilizar herramientas como este tipo puede aportar. Creo también que hacer cine con mujeres, involucrarnos y formarnos en estos procesos rompe con los miedos.
En la creación de “El cielo es muy bonito” tuvimos toda la intención de formar una equipa de mujeres, una para fortalecer nuestros propios procesos formativos y otra para acercarnos desde otras sensibilidades a las mujeres defensoras y posterior a las mujeres y niñas migrantes. Entonces por ahí también hay una lucha, me atrevo a decir que cada vez somos más mujeres indígenas y no indígenas que estamos rompiendo estereotipos, rompiendo con los espacios que ocupan mayormente los varones. Existimos mujeres fotógrafas, directoras, sonidistas, editoras y más, haciendo grandes cosas en el cine.
3.- “El cielo es muy bonito” obtuvo el Premio Wallmapu en la reciente 8va versión del Festival de Cine y Artes Indígenas en Wallmapu, ¿cómo reciben este reconocimiento como equipo realizador?
Para nosotras, para la escuela, para las compañeras, para las mujeres y niñas migrantes y la organización con la que estuvimos, es un gran reconocimiento que nos emociona y nos alienta, recibir este premio desde este Festival que convoca a personas de distintos pueblos originarios del mundo nos enorgullece mucho, y nos impulsa a seguir creando desde nuestras miradas. Así mismo, reitero que es importante llegar a diversos espacios, está lindo, es muy bonito poder llegar a festivales y también llegar a espacios comunitarios, organizados, colectivos, a muchas otras personas u otros contextos pues es para nosotras el gran premio.
De manera individual, como defensora de derechos humanos, como indígena, como mujer, con un primer documental sobre un tema que me interpela, ha sido todo un proceso de aprendizajes y desaprendizajes y me da muchísima alegría. Quiero destacar que esto no se hizo nada más porque yo puse el tema al centro, estuvieron las compañeras de la equipa en el proceso creativo también, estuvieron las organizaciones, las mujeres y las niñas migrantes y también todas las otras compañeras que con su crítica constructiva, sus palabras, observaciones y cariño lograron hacer esto posible.
Una reflexión dentro del cine, es que puede hacerse colectivo, que una persona no lo hace sola, un director o directora no lo logra sin todo un equipo, sin toda esa gente que tiene ganas de crear y de aportar. El cielo es muy bonito fue creado con todas las compañeras que se sumaron, con cada palabra, con cada crítica, con cada desvelo, con cada plática, con cada historia. Así fue como se creó el cielo. Agradecemos a FicWallmapu por darnos este premio y esperamos continuar en este camino.
4.- ¿Cómo fue la experiencia de visitar tierras mapuche y compartir con otros y otras realizadoras en el mismo contexto del Festival?
Fue una experiencia muy hermosa el compartir como mujer maya tseltal, encontrarme con otras realizadoras y realizadores de pueblos originarios, acercarnos a la lucha del pueblo mapuche, la lucha de las diversidades sexuales ancestrales, identificarte y conocer a los otros pueblos que ahí estábamos reunides, reunidas, para dialogar sobre lo que está sucediendo en nuestros contextos, las alegrías y preocupaciones, las visiones y las creaciones que estamos teniendo, cómo estamos contando las historias, y la posición desde dónde las contamos y para quién.
Saber que también hay toda una lucha desde el cine, para poder mostrar nuestros trabajos, obtener recursos, espacios de proyección, y seguir haciendo lo que nos gusta desde miradas políticas. Este Festival para mi es único, fue muy enriquecedor, fue tan íntimo y esperanzador el compartir con la diversidad de pueblos del mundo permitió que pudiéramos dialogar, estar presentes en el territorio y centros comunitarios del Wallmapu este otro sur que también resiste.
Este Festival para mi es único, fue muy enriquecedor, fue tan íntimo y esperanzador el compartir con la diversidad de pueblos del mundo permitió que pudiéramos dialogar, estar presentes en el territorio y centros comunitarios del Wallmapu, este otro sur que también resiste.
5.- ¿Tuvo la posibilidad de ver otras películas incluídas en la programación del 8vo FicWallmapu que tuvo sede en Temuco? ¿Hay alguna que quisiera destacar?
Destaco mucho toda la programación de las diversidades sexuales ancestrales Aipa’a – Yem, Eymi Iñchiw, Ngürü ka williñ y Two-Spirit, cómo estamos contando las historias las diversidades ancestrales y también cómo nos estamos reivindicando, hay dolencias pero también fortalezas, nuestros cuerpos ya existían ancestralmente.
Pude ver el trabajo de Ángeles Cruz, paisana mexicana, con Valentina o la Serenidad, una película que reflexiona en torno al duelo y cómo lo viven las niñeces, me lleva a reflexionar en cómo podemos acompañarles, Ángeles siempre poniendo temas al centro. También me llamó la atención la película 1712: Levantamiento Mapuche Williche en Chilwé, que se realizó de manera comunitaria para devolver historia al pueblo, destaco el trabajo e involucramiento de las niñeces en cada parte de su proceso de realización. Gracias FicWallmapu.
Próximamente El cielo es muy bonito podrá ser vista en línea y por tiempo limitado en www.ficwallmapu.cl junto a otras películas destacadas de su más reciente edición. ¡Atentxs a nuestro catálogo online!